Caricos montañeses



La primavera avanza a velocidad de crucero, y antes de que nos demos cuenta tendremos el verano encima. Eso no significa que las legumbres deban desaparecer de nuestras mesas en forma de guisos. Conozco a mucha gente que las "destierra" en estas fechas y no vuelve a cocinarlas  hasta la llegada del otoño. Hoy vamos a cocinar una legumbre que es relativamente nueva en nuestra despensa: los "caricos" montañeses. Los "caricos" son unas pequeñas alubias rojas típicas de algunas zonas de Cantabria y de producción muy limitada. Son muy mantecosas, apenas sin pellejo y de un sabor fantástico. Hace un par de meses nuestro amigos Manolo y Laura, de la Bocatería Mala, nos enviaron medio kilo de estos pequeños tesoros de los que dimos buena cuenta.
Los he tratado como haría con una alubia de características similares en lo que a remojo e ingredientes se refiere. Digo esto porque cuando investigué la forma de elaborarlos vi que la mayoría de las recetas los cocinaban "viudos", (como diría mi abuela Vicenta), no vi que llevaran "proteína animal" por lo que me he tomado la libertad de añadirle algo de chorizo y una fantástica panceta curada.

Ingredientes para 4 personas

Caricos montañeses: 500 grs
Panceta curada: 250 grs
Chorizo fresco: 2 unidades
Ajo morado: 2 dientes
Cebolla dulce: 1 unidad
Zanahoria:1 unidad
Tomate:1 unidad
Pimentón agridulce: 1 cucharada de café
Agua
AOVE
Pimiento rojo: 1 unidad
Sal

Utensilios

1 cacerola amplia
1 thurmix o similar con su vaso
1 sartén pequeña
1 cazo
1 cuchara de madera
1 escurridor
1 colador

Elaboración

Manos limpias y botellines a mano, (3 horas dan para un rato de charla y algo más...)
La noche antes ponemos a remojar en agua fría los caricos en un recipiente amplio y generosamente cubiertos de agua fría.
Lavamos el pimiento, el tomate le quitamos el pedúnculo a ambos y pelamos la cebolla y la zanahoria. Reservamos.
En una olla amplia colocamos los caricos y los cubrimos con abundante agua fría, (3 dedos por encima más o menos), y añadimos todas las verduras, las carnes y un chorro generoso de AOVE además de la sal.
Ponemos el fuego a máxima potencia; cuando rompan el hervor los desespumamos y bajamos el fuego al mínimo para que cuezan suavemente. 
Debemos asustarlas al menos un par de veces con agua fría. De esta forma repondremos el líquido que se ha evaporado y hará que se espesen. Sí, que se espesen como sucede con las alubias de Tolosa.
Estarán listas tras unas 2 horas y media de cocción. Sacamos la carne y la verdura. Cortamos la carne y la añadimos a la cacerola. Trituramos bien las verduras con ayuda del "thurmix", lo colamos y lo incorporamos a la cacerola. Dejamos que rompan a hervir nuevamente, desespumamos si es necesario y rectificamos de sal.

Nota: en la receta aparece el pimentón agridulce pero finalmente no lo usé para el sofrito; me pareció que estaban tan buenas que no les iba a portar nada más. Antes de añadirles la verdura ya habían espesado bastante por sí mismas.

Nota 2: en mi opinión conviene guisarlas el día antes para que estén asentadas. Unas piparras como acompañamiento no les van nada mal.

Buena Suerte y Buen Provecho.


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