Empanadillas rellenas de pechuga de pavo y queso San Simón



¿Cuántos de vosotros no tenéis asociado algún recuerdo de las comidas o cenas de vuestra infancia a las empanadillas? Imagino que muchos. Son rápidas, se pueden preparar con antelación y comerse frías o calientes.
Los rellenos de las empanadillas son tan variados como vuestra imaginación.
En casa, mi madre las hacía siempre como acompañamiento de las lentejas, ¿por qué?, nadie lo sabe. Generalmente las preparaba de bonito en escabeche, tomate y huevo duro, aunque en ocasiones, eran de carne picada y, de vez en cuando se colaba alguna con "jamón York", y quesito. Fritas, siempre fritas. 
La diferencia entre la sartén y el horno es que las primeras quedan más crujientes que las segundas, aunque las segundas son más ligeras.
La masa que vamos a emplear hoy es la de Buittoni, (antes La Cocinera), que podéis encontrar en cualquier gran superficie.  Es perfecta para la receta de hoy pero no es lo suficientemente resistente para meter todo lo que verdaderamente puede contener este fabuloso plato. Para ello debéis haceros con masa de empanadillas argentinas.
Vaya por delante que empanadillas, además de en Argentina, se realizan en numerosos países de Latinoamérica, (Chile, Bolivia, Perú, Colombia,Venezuela...), pero las masas que he trabajado en numerosas ocasiones son argentinas. Es más, hay unas especiales para freír y, otras para hacer al horno.
Pero no adelantemos acontecimientos y vamos a centrarnos en la receta de hoy.


Ingredientes

Obleas para empanadillas: 16 unidades
Pechuga de pavo asada: 350 gramos
Queso de San Simón: 200 gramos
Huevo: 1 unidad

Utensilios:

1 horno
1 tabla
1 cuchillo cebollero
Papel de horno
1 bol
1 tenedor
1 brocha

Elaboración

Manos limpias y botellín a mano.
Encendemos el horno a 180º calor arriba y abajo.
Cortamos las lonchas de pavo a la mitad y el queso en trozos de unos 15 gramos aproximadamente.
Batimos el huevo. 
Con algo de maña y ayuda de los más pequeños de la casa comenzamos a rellenarlas, lo cual puede hacerse de 2 formas: la que todos hemos visto en nuestras casas siempre, que consiste en colocar el relleno en el centro, doblarlas en forma de media luna y, con la ayuda de un tenedor cerrarlas.
O bien, la que vemos en la foto, al estilo de las empanadas argentinas, o las empanadas gallegas. Haciendo "repulgues". Pellizcamos un extremo y vamos haciendo pliegues cada centímetro aproximadamente hasta llegar al final. 
Ponemos el papel de horno en la bandeja, las colocamos con un par de centímetros de separación entre ellas y las pintamos con huevo.
Hornear 20 minutos aproximadamente. 

Nota: si lo preferís, podéis freírlas en abundante AOVE a unos 170º hasta que estén doradas. Escurrir bien y disfrutar.



Comentarios

muoho ha dicho que…
Las hice el otro día y tienen un gran problema: no paras hasta que te las comes todas... Hay que hacer pocas!
Jose ha dicho que…
Ole, ole, ole¡
En efecto, son adictivas pero se pueden recalentar al día siguiente o incluso, comerlas frías. Mi experiencia con las masas de empanadillas es que una vez abiertas hay que gastarlas para evitar que se sequen...
Una vez rellenas admiten la congelación.

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